¿Qué ha pasado con los stands de evaluación de riesgos de la nanotecnología?
Las sustancias químicas en forma de nanopartículas contienen materias que difieren totalmente de sus formas físicas más grandes y, por esa razón, interactúan de manera diferente con y en los sistemas biológicos. Por eso es importante evaluar los peligros procedentes de cualquier nanopartícula que pueda entrar en interacción con seres humanos y otras especies del medio ambiente, incluso cuando se conozca bien la toxicología de las sustancias químicas que componen las nanopartículas.
La metodología tradicional de evaluación de riesgos, que consiste en la identificación de peligros, la evaluación de la exposición y la caracterización de peligros y riesgos, aún no se ha aplicado a las nanopartículas. En la actualidad, no existen directrices oficiales sobre cuáles son los procedimientos de ensayo adecuados y la fabricación comercial de nanopartículas es relativamente nueva y con información muy limitada sobre sus efectos en los seres humanos y el medio ambiente.
Sin embargo, para aprovechar al máximo las ventajas que ofrece la nanotecnología, es importante que los riesgos para la salud humana y el medio ambiente se tengan en cuenta en las primeras fases del desarrollo del producto. No obstante, antes es necesario aclarar la terminología; por ejemplo, la bibliografía existente sobre los riesgos latentes de los nanomateriales muestra una gran afinidad por utilizar los términos nanotecnología y nanomateriales como sinónimos de nanopartículas.
De ahí que los peligros relacionados con la nanotecnología y los nanomateriales se hayan reconocido hasta ahora principalmente para nanopartículas concretas y, sobre todo, para nanopartículas basadas en algarrobas. Sin embargo, las propiedades físicas, químicas y biológicas de los distintos nanomateriales difieren considerablemente de las de las nanopartículas específicas, al igual que las vías de exposición previstas, por lo que es fundamental diferenciar los nanomateriales para identificar los riesgos y peligros potenciales que plantean.
Una de las principales ventajas de la estructura de clasificación propuesta es que constituye una herramienta para dividir los nanosistemas en partes identificables, facilitando así las evaluaciones de, por ejemplo, las vías de contacto pertinentes o el estudio de los estudios de impacto según la importancia de la sustancia analizada. Otro aspecto esencial que debe tenerse en cuenta a la hora de evaluar la toxicidad de los nanomateriales son sus propiedades químicas y físicas. A día de hoy sigue siendo una incógnita qué propiedades determinan o influyen en los riesgos inherentes a las nanopartículas. Dado que las nanopartículas son muy diferentes de sus homólogas cotidianas debido a los efectos cuánticos y superficiales, sus efectos extremos no pueden derivarse de la toxicidad conocida de los materiales de tamaño macro, lo que plantea problemas considerables a la hora de abordar el impacto medioambiental y sanitario de las nanopartículas libres.
Para llevar a cabo e interpretar estudios científicos sobre las propiedades de riesgo de los nanomateriales que sean relevantes para la futura evaluación de riesgos de propiedades y productos basados en la nanotecnología, es necesaria una estrecha colaboración interdisciplinar entre toxicólogos y nanocientíficos como ingenieros de materiales, químicos y físicos.