El grafeno, a la cabeza de la electrónica más rápida
El grafeno se reveló como un avance significativo en conductividad eléctrica hace más de una década, pero sus aplicaciones eran limitadas debido a los costes de aplicar el elemento bidimensional de un solo átomo a las estructuras de silicio existentes. Ahora, los avances en aplicaciones rentables han provocado una revalidación mundial de las propiedades del grafeno, especialmente en su aplicación a procesadores superrápidos. Con los estigmas de fabricación descartados por anticuados, el grafeno está experimentando un resurgimiento en su aplicación no sólo al silicio, sino a cualquier multitud de plataformas imaginables.
Más espacio en la placa de circuito impreso
La colocación en una placa de circuito lo incluye todo a la hora de diseñar procesadores más rápidos y compactar la eficiencia de los artículos electrónicos. Los tamaños anteriores parecían limitados debido a los materiales utilizados, que necesitaban un mayor volumen para reducir y resistir el desgaste. Las revolucionarias propiedades del grafeno permiten mayores aplicaciones, ya que el elemento tiene menos restricciones de colocación y cantidad. El material es altamente conductor y pierde menos energía eléctrica en la transferencia que otros recursos comparables utilizados actualmente.
La resistencia del grafeno en el pasado se basaba principalmente en su aplicación manufacturada, en la que se colocaban láminas del mismo sobre placas de silicio. Este proceso no sólo requería mucho tiempo, sino que además dejaba entrever un alto nivel de defectos, por lo que el material resultaba poco eficiente en sus usos. El nuevo proceso permite pintar grafeno sobre superficies en pequeñas cantidades y luego dejar que crezca de forma guiada. Como cristal, el grafeno se reproduce en una rejilla muy estructurada, lo que no sólo contribuye a reducir los defectos, sino también a la conductividad natural del producto. Sus propiedades intrínsecas mejoran con este proceso natural y permiten una mayor adherencia a la superficie de silicio o, en realidad, a cualquier superficie en la que se reproduzca.
Aplicación práctica
El grafeno es extremadamente maleable, sin perder su integridad estructural. Como elemento bicapa, su estructura cristalina se superpone y adhiere significativamente sin variación, lo que permite una mayor eficacia a la hora de conducir cargas eléctricas. Con el componente añadido de su gran resistencia al estrés térmico y a la reducción, se espera que el grafeno revolucione no sólo la fabricación de chips informáticos, sino que también potencie el creciente mercado de paneles solares para el ahorro energético. Los recursos renovables dependen de tecnologías que reduzcan los costes, y las propiedades únicas del grafeno permitirán construir paneles más duraderos y rentables. El futuro es ahora, y sólo es cuestión de aplicar la tecnología a las plataformas existentes.