Las nanopartículas de cobre podrían proteger los alimentos de las bacterias
Todo el mundo anhela vivir en un mundo en el que ya no existan las intoxicaciones alimentarias; un mundo en el que se eliminen más de mil muertes y más de 130.000 hospitalizaciones al año, al menos sólo en Estados Unidos. Para que este concepto se haga realidad son importantes las nanopartículas de cobre implantadas en los alimentos envasados. El cobre es un elemento muy apreciado por sus propiedades antibióticas y puede utilizarse para proteger de las bacterias que merodean por todas partes, desde los alimentos frescos hasta los filtros de aire, pasando por los inodoros. El artífice de esta idea no es otro que Jaroslaw Drelich, profesor de ciencia e ingeniería de materiales de la Universidad Técnica de Michigan.
En pruebas preliminares con agua local, el cobre mató el 100% de las bacterias E. coli presentes en el catador. También se comprobó que conseguía matar el Straphylococcus aureus, una bacteria ataph común. Según Drelich, su incorporación a los materiales de envasado de alimentos podría ayudar a prevenir diversas enfermedades de origen alimentario. Además, podría utilizarse para tratar el agua potable, los efluentes industriales e incluso las aguas residuales.
Como nuevo avance sobre un componente ya establecido, los investigadores han descubierto cómo incrustar nanopartículas del metal rojo en la vermiculita, un compuesto inerte que a veces se utiliza en la tierra para macetas. Actualmente existen enormes minas de vermiculita en Brasil, China, Sudáfrica y Rusia. Debido a su bajo coste, un 25% como máximo, sería una forma barata y eficaz de mejorar la seguridad del suministro de alimentos, especialmente verduras y frutas. El inventor está trabajando con otras partes interesadas, como Michigan Tech SmartZone, para comercializar el producto a través de su empresa, Micro Techno Solutions. Además, planea analizar la sustancia y, en última instancia, conceder licencias a empresas que envasan alimentos frescos.
Teniendo en cuenta que los microbios merodean por todas partes, desde los filtros de aire hasta los asientos de retrete, pasando por el dinero plegable y los alimentos frescos, este descubrimiento puede ahorrarnos millones de euros al año, que a menudo se gastan en tratar infecciones relacionadas con la intoxicación alimentaria. Hay que tener en cuenta que, a menudo, estos microbios son inofensivos para el ser humano, pero a veces no lo son, y ésta se considera una de las mejores maneras de frenarlos.
El compuesto de cobre es eficaz contra otros patógenos además de las bacterias y puede actuar contra virus y hongos y otras bacterias de intoxicación alimentaria como la salmonela y la listeria, especialmente difíciles de tratar con antibióticos. Drelich cree firmemente que las nanopartículas podrían resultar eficaces contra todo el espectro de enfermedades alimentarias que afectan al ser humano desde hace tanto tiempo.